En internet estamos acostumbrados a leer mucha información sobre la dieta cetogénica cada día, pero a veces se trata de información incorrecta procedente de fuentes poco fiables. Esta información no hace más que alimentar las dudas y las fake news. En este artículo, intentamos arrojar algo de luz abordando los falsos mitos que rodean la dieta cetogénica.
LA DIETA CETOGÉNICA ELIMINA LOS CARBOHIDRATOS
Los hidratos de carbono no se eliminan de la dieta cetogénica, sino que se reducen según lo acordado con el dietista, teniendo siempre en cuenta el peso ideal del paciente y su composición corporal. Un pequeño porcentaje de carbohidratos es esencial en la dieta cetogénica para:
- El correcto funcionamiento de ciertas células dependientes de la glucosa que no pueden utilizar la grasa como fuente de energía (por ejemplo, los glóbulos rojos).
- Generar la cantidad necesaria de cuerpos cetónicos.
- Evitar la disminución del metabolismo basal.
LA DIETA CETOGÉNICA CONTIENE DEMASIADAS PROTEÍNAS Y ES MALA PARA LA SALUD
La dieta cetogénica contiene proteínas en cantidades similares a las recomendadas para la dieta mediterránea. Además, se ajustan a los niveles de proteínas recomendados por asociaciones científicas. En la dieta cetogénica se consumen proteínas de origen natural y alto valor biológico, como la leche, los huevos y las carnes magras.
LA CETOSIS ES PELIGROSA
El proceso de cetosis no es perjudicial para el organismo. Por el contrario, tiene varios efectos positivos:
- Reduce el hambre.
- Reduce el estrés oxidativo y, por tanto, el envejecimiento.
- Nutre el tejido cerebral, que utiliza las cetonas como fuente de energía.
- Provoca un efecto eufórico y una sensación general de bienestar. Una vez finalizada la dieta, se recuperan los kilos perdidos. La dieta cetogénica, en comparación con otras dietas, es una en la que se recupera menos peso en el tiempo posterior a la finalización. Además, la dieta cetogénica preserva la masa magra y estimula la producción de colágeno, lo que da mayor tono a la piel y evita la flacidez cutánea que suele provocar la pérdida rápida de peso, como suele ocurrir con otras dietas.
La dieta cetogénica no es rica en proteínas, a pesar de ser una de las falsas creencias más extendidas. Respetando las necesidades proteicas definidas por las directrices de la dieta mediterránea clásica, ésta se define como una dieta normo-proteica, en la que la ingesta reducida de carbohidratos se compensa con una cantidad significativa de grasa. En la dieta, también es importante destacar que las proteínas proceden de fuentes naturales como los huevos y los cortes magros de carne o pescado.
La noticia falsa que afirma que la dieta cetogénica daña el hígado y los riñones queda desmentida por el hecho de que últimamente cada vez más nefrólogos están adoptando este plan de dieta entre los pacientes con Insuficiencia Renal Crónica. Esto se debe a que una gran proporción de individuos con problemas renales también padecen afecciones como obesidad y diabetes. Conscientes de la relación entre obesidad e insuficiencia renal, cada vez más especialistas consideran fundamental la pérdida de peso y la reducción de los niveles de glucosa en sangre para el tratamiento de esta afección.
¿Cómo afecta la dieta cetogénica a la salud?
Tras esta fase inicial de adaptación, el organismo reaccionará con una mejora de la permeabilidad celular, un mejor aprovechamiento de los nutrientes y de los principios energéticos. La energía derivada de las grasas es mayor que la aportada por las proteínas y los hidratos de carbono, por lo que la cantidad de energía inmediatamente disponible es mayor.
¿CUÁNDO NO SE RECOMIENDA LA DIETA CETOGÉNICA?
Esta dieta no tiene efectos secundarios en personas sanas, pero puede estar contraindicada en el caso de ciertas enfermedades importantes. Por ejemplo, esta dieta no se recomienda a los pacientes que padecen insuficiencia hepática, pancreatitis y trastornos relacionados con el metabolismo de las grasas.
También se presta especial atención a los sujetos con factores de riesgo cardiovascular evidentes, que deben, más que otros, ser seguidos durante la dieta cetogénica por el consejo de un nutricionista experto, con una cuidadosa evaluación del tipo de grasas y proteínas que deben introducirse.
También hay que recordar que, sobre todo en las dos primeras semanas de la dieta, puede haber un aumento de la producción de orina y de la liberación de líquidos acumulados. Esto puede hacer necesario un ajuste de las dosis de medicación para problemas como la hipertensión, la diabetes y la insuficiencia cardiaca. Por último, la dieta cetogénica puede no estar recomendada para personas que ya estén muy delgadas y, por precaución, en niños y mujeres embarazadas en periodo de lactancia.